La energía hidroeléctrica es aquella que se genera al transformar la fuerza del agua en energía eléctrica. Para aprovechar dicha fuerza, se construyen grandes infraestructuras hidráulicas capaces de extraer el máximo potencial de este recurso renovable, libre de emisiones y autóctono.
No hay quien lo pare. El boom renovable en España sigue su marcha imparable pese a los intentos del Gobierno para que no se descontrolen las solicitudes de acceder a la red. De hecho, ya son más de 145 GW renovables los que cuentan con el permiso de acceso, de los que 96 GW también con el de conexión, según datos de Red Eléctrica de España (REE), a fecha de 31 de enero de 2022.
Centrándonos solo en los que han conseguido ambas licencias (el derecho al acceso y el derecho de conexión a un punto de la red eléctrica), desde los 41,8 GW de generación eólica y solar fotovoltaica en servicio se prevé que se añadan otros 95 GW.
Es decir, se más que duplicaría la capacidad renovable en pocos años, según el "estado de las solicitudes" de la web de REE. El resto, hasta más de 96 GW, es por otras tecnologías limpias. En la cola todavía esperan su turno 23,7 GW al tener la solicitud en curso pero sin habérsela concedido aún. Unas cifras que se disparan, y mucho, de las previstas para dentro de ocho años: unos 60 GW totales adicionales para 2030, según el PNIEC (Plan Nacional Integral de Energía y Clima).
La tecnología que encabeza este impresionante crecimiento es, sin lugar a dudas, la solar fotovoltaica. Si hay 13,5 GW que ya están en operación, se espera la friolera cifra de 101,6 GW. Casi se podría multiplicar por diez. Un parque fotovoltaico suele construirse entre un año y dos, pero depende de la velocidad de los trámites administrativos, entre ellos, la solicitud a REE.
